julio 08, 2010

BYE BYE THAILAND


No me quiero repetir mucho diciendo cuánto me ha dado este país. Quizás no sea el país de las grandes emociones porque es todo tan fácil que es todo muy previsible, pero de vez en cuando se agradece despreocuparse de todo, comer como los ángeles, disfrutar de la simpatía y sonrisas de su gente, de sus playas, vivir con poco dinero, en definitiva vivir bien. Y después de casi 3 meses de ensueño en el país siento una profunda pena al abandonarlo y ni siquiera el saber que volveré en un futuro no muy lejano me sirve de consuelo. Porque voy a echarlo mucho de menos, mucho, mucho, mucho.

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